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TINDER Y EL MATCH QUE NO CONSIGUES

TINDER Y EL MATCH QUE NO CONSIGUES

¿Sabes cómo va Tinder?  

Pues los negocios son como Tinder. Los mercados funcionan siempre igual:

        Oferta – demanda – interés- venta.

A todos nos gusta la música, ir al cine y tomar cañas por el centro pero si eso es lo más relevante que puedes decir de ti date por jodido. 

Los datos de la plataforma revelan que no liga más el más guapo ni el que tiene el yate más grande en la foto. Liga más el que es capaz de tener una conversación inicial interesante y esto sólo se consigue estimulando la curiosidad del otro. Esto, claro, no se hace preguntándole en qué trabaja que es lo que ya ha leído 1908739256336 veces antes de que se lo pusieras tú. 

Se hace rompiéndole el cerebro, hackeando su sistema operativo central y siendo capaz de provocar acciones en una persona que jamás sería capaz de realizar si tú no estuvieras poniendo en práctica las técnicas adecuadas. Tú ahí vas sembrando semillas y luego te digo cómo recoger los frutos. 

Porque no hay nada como decirle a alguien algo de lo que quiera saber más, no hay nada como un no para ganar la atención y generar deseo.
 

Es el entrar en un bar y decirle a la chica que está en el centro de la pista que nunca saldrías con ella.

No tienes nada de malo, simplemente yo no saldría contigo.

¿Ves? Pues así con las marcas. 

Con mil matices y cambiando objetivos pero siempre es lo mismo porque estamos tratando con personas y todas TODAS. Todas. Funcionamos con los mismos mecanismos cerebrales. 

Tu marca (la personal o el negocio, da igual) puede llegar a las personas que otros no pueden alcanzar cambiando la manera de acercarse. 

Y si quieres que te envíe las 5 técnicas para generar una primera conversación en Tinder que acabe en match me lo dices y te las envío.

Ningún negocio que tengas en mente como éxito ha dejado de utilizarlas en esta pandemia.

Es aquí 👇

Homer es muuy gordo

Nadie puede adelgazar por ti

Nadie puede adelgazar por ti

Nadie puede adelgazar por ti

Pero nadie eh.


Eso lo tenemos claro y por obvio que parezca, no lo trasladamos a otros espacios.

Creemos que otros pueden hacer por nosotros lo que no sabemos o no queremos probar.

No siempre queremos esforzarnos porque al final las cosas no nos importan tanto como creemos.

Lo sé porque un día trabajando son Sofía, la rubia del pelo rizado del departamento de Ads me dijo que el coste por clik cada vez está más disparado y no me va a llegar el presu de campaña a objetivos.


Además era agosto.


¿Sabes eso de trabajar en agosto en Madrid?



Ese calor de cemento, ese caminar por las callejuelas y que te vayan dando todos los chorros de aire caliente de los aires acondicionados en la jeta?


Pues yo en agosto pienso mal. A veces también en toros meses por motivos distintos.

Pero en agosto mi cabeza se va al fresquito de la casa de mi abuela en Zamora.

El puto paraíso.

Hay gente que se quiere ir a Ibiza.

Yo me quiero ir a Zamora cuando empieza mayo. Algunos lo entenderán y los que no hagan sus reservas y luego me cuentan. Pero venga, voy a centrarme que se me va… a lo que íbamos, que subía el CPC

– ¿En agosto?
– Sí, es que era una empresa hotelera.  

¿Y qué te voy a decir yo de tu problema, mujer?

 

Si a mí el CPC ahora mismo me da bastante igual. Sólo quiero que salga el camarero para pedir otra 1906 porque  mi trabajo a partir de las 2 depende de cosas que puedo controlar como:



1⃣– Hacer crecer mi lista de suscriptores tanto que me dé igual si cierran Instagram de un día para otro porque mi dinero no está ahí, lo tengo bajo llave en la caja fuerte del salón.

2⃣– Tener clientes que quieran cambiar las cosas de verdad.

De esos que saben que algo falla y quieren solucionarlo poniendo los medios necesarios. (Que los hay que no, que ven que se estrellan pero eso de apoquinar dinero en la inversión que lo va a cambiar todo no va con ellos porque creen que el hada del algoritmo aparecerá y empezarán a llegarle hordas de leads así porque sí).

Para todos los demás, los que salieron de su parque de bolas hace años y están construyendo formas rentables de negocio es todo esto.

3⃣– Hacer propuestas con una estrategia que deje ojipláticos a los directores de marketing y los becarios se den con el codito al ver lo que está pasando allí.

En esa mesa. En esa sala con proyector caro traslúcida y con olor a vainilla del Serengueti.

En esas slides que van a dar un giro a la comunicación Juan- sin- sal  y con cero rentabilidad que apesta a «no sé si eso es demasiado arriesgado».


Y todo lo demás es preocuparte por cosas que no están en tu mano.

Inútil.

Tú no. Lo de preocuparte.


Pero claro, eso pasa por hacer lo que todos hacen:

Abrir perfiles a lo loco en mil redes, invertir nuestro presupuesto en campañas compitiendo con empresas que van a ganar la puja porque invierte 100 veces más que nosotros, o dejar nuestro negocio en manos de un algoritmo y del mood en el que se levante hoy Zuckerberg.

Si quiere cambiarlo estamos en sus manos, todo lo aprendido, a la mierda y todo el tiempo estudiando tu estrategia …dile adiós con al manita mientras se aleja en el horizonte…

Yo trabajo para que los datos que consigues sean tuyos. Para que tu negocio sea realmente tuyo y no le tengas que pagar las deudas a final de mes al casero que no para de subirte el alquiler. El señor Z.

Sólo así podrás tener control absoluto sobre tu negocio.


Si esto tiene sentido para ti: http://bit.ly/cuenta-otras-historias



PD: Las palabras son lo más sencillo y rentable de cambiar en tu negocio y ten por seguro que nadie compra algo que no entiende. Siempre puedes probar unas semanas lo que te estás perdiendo y luego volver a tu antigua web si no funciona…

Spoiler: No va a pasar. Estaba de coña. Prueba y lo vemos.


* Mándame gratis el ebook MARCAS QUE HACEN SACAR LA TARJETA  👉 Esta es la Política de privacidad

Estafar para continuar con el marketing ético

La regla del marketing ético que aprendí de un estafador

Cuando empecé a montármelo por mi cuenta pensaba que toda la competencia que había impediría que el proyecto fuera capaz de ganar un sólo euro.

No por nada, por mera cuestión de probabilidad.

Al final hay personas haciendo cosas que se pueden confundir con lo que hago.

Cuando veía esos cursos para ganar 8 cifras con un método super secreto que no conocía nadie más que el Youtuber que me lo contaba y suscriptores pensaba que lo mío no era atractivo.

Él les estaba prometiendo hacer las cosas sin esfuerzo, sin formación, con resultados en un mes y la posibilidad de teletrabajar desde Miami.

Yo eso no podía ofrecerlo.

Además te voy a contar algo que me da mucha vergüenza compartir. Cuando buscaba formaciones temía dar mi dinero, ese que tanto me había costado ganar, ese que había supuesto madrugones, chaparrones, que me había minado la moral, que me había traído marrones indescriptibles en el curro…

joder, hay tantos qués…

bueno, que me invadía ese miedo de hacer el canelo y temía dar mi dinero al primer impostor que me prometiese algo que yo quería.

No me fiaba de nadie. Veía humo y ruido.

¿Que hice?

No hice nada, me quedé paralizada. Sin saber por dónde ir. Parálisis por análisis, o como dice Ignatius. El que piensa pierde.

Entonces empecé a montar cosas pequeñas, cosas que sabía hacer a la perfección, cosas que me habían hecho ganar dinero antes.

Lo que realmente se me daba de puta madre. Esto que dices. No sé ni cómo cobro por ello porque en realidad disfruto haciéndolo.

Y bueno, al final vi claro que una vez había hecho lo que sabía debía dejarle el resto a otros que sabían más, que sólo tenía que investigar bien a quién quería cerca y eso reduciría la incertidumbre a tomar una decisión estúpida.

PD. Haz lo que mejor hagas.

PD 2. Y eso que no tengas claro, dáselo a otro que las parálisis por análisis cuestan caras a los negocios.

A mí se me da bien generar ventas en las webs de mis clientes y esto lo hago aquí